Veganos extremistas

A menudo se nos pregunta: "si tengo una gallina, la cuido, la dejo libre ¿puedo usar sus huevos?", "si tengo una vaca, dejo que el ternero tome la leche y yo solo saco un poco ¿puedo beberla?

Todos recibimos una educación especista, educación que nos hace difícil imaginar un mundo en donde los animales no sean recursos, esa educación es la que nos hace buscar nuestro propio bienestar, salud, comodidad y la que nos hace poner al resto de los animales en el último lugar creando una jerarquía moral.

Está de moda hablar de orgánico y de alimentar al cuerpo de manera consciente...hace años visité una feria de productos orgánicos en donde los unos pollos también calificaban como orgánicos y sus cadáveres se  mezclaban con choclos, papas y tomates.

En los supermercados es posible ver bandejas de huevos de gallinas felices, huevos que tienen un costo más alto porque esas gallinas son tratadas y alimentadas de mejor manera cosa que importa mucho a la hora de acallar consciencias y de seguir poniendo en primer lugar el bienestar humano.

Los esclavistas de humanos decían: nuestros esclavos tienen techo, comida, pueden tener hijos ¿qué más necesitan? Llegaron los abolicionistas y respondieron la pregunta: necesitan su LIBERTAD y hoy es lo mismo que exigimos para el resto de los animales LIBERTAD Y CONSIDERACIÓN DE SUS PROPIOS INTERESES.

Los veganos abolicionistas queremos un mundo en donde no se discrimine a la hora de hablar de justicia, en donde cada ser sintiente tenga un lugar en este mundo, un lugar lejos de cadenas, no queremos jaulas más grandes, queremos la abolición de la esclavitud, esto no es ser extremista es lo correcto.

Comparto con ustedes esta declaración que considero hermosa y que la siento como mía, es de Paula Casal, siempre me motiva, espero que les guste:

"Cuando recordamos otros movimientos de liberación nos gusta pensar que, de haber estado allí, hubiéramos sido abolicionistas o sufragistas, o al menos, no habríamos cooperado con la opresión,  ni nos habríamos desentendido del tema. No llegamos a tiempo. Ahora tenemos otra oportunidad, la de la revolución menos sangrienta de la historia. Y no se nos pide que arriesguemos la vida, ni siquiera la cárcel: simplemente que escojamos otro plato del menú.”